Desde siempre se ha debatido entre viajeros el nivel de integración con los locales que uno puede llegar a tener mientras se viaja, especialmente cuando el tiempo condiciona el viaje y no es posible permanecer en un mismo lugar durante más de 5 días. Gracias a los tres meses que vivimos en Tioman, no solo tuvimos la oportunidad de convertirnos en Island Boys, sino que además, llegamos a ser uno más de la comunidad.
We have talked with many travelers discussing to what extent you can actually integrate with the local way of life, especially when you only spend a few days or hours in a certain place. After 3 months, Pulau Tioman didn't only give us the chance to meet islanders, but we also had the time to become two more individuals inside the community. One example of this was how we slowly made friends with Razi and his family.
Razi nació en Gentin, Tioman. Como cualquier chico de 12 años, a Razi no le gusta ir al colegio, sino que prefiere dedicar sus horas libres a hacer lo que más le gusta, pescar y montar en bicicleta. Su madre, Mak Long, tiene un warung (pequeño restaurante local) a pocos metros del centro de buceo, y el padre es pescador. Aunque comíamos cada día en su local, el idioma no nos permitía comunicarnos cómodamente con ellos. En Indonesia aprendimos bastante bahasa, pero a pesar de las similitudes que hay entre los dos idiomas, las sutiles diferencias que existían no hacían más que complicarlo todavía más. Nos esforzamos en aprender un par de palabras nuevas cada día, y el "hola" turista - local se convirtió en "Maklom, salamat tengahari. Makan, makan!" ("Maklom, buenos días. ¡Comer, comer!") que obtenía como respuesta una carcajada y un "Julia! Miguel! Makan, makan!" ("¡Julia! ¡Miguel! ¡Comer, comer!").
Razi venía al centro con bastante frecuencia. Tenía una gran relación con Matcom, nuestro instructor. Se mostraba curioso con lo que hacíamos allí, nos observaba y sonreía. Al principio se mostraba muy tímido, ruborizándose cuando intentábamos comunicarnos con el, negando con la cabeza dándonos a entender que no comprendía nada. Con el tiempo, esas dos palabras diarias ampliaron nuestro vocabulario, y la palabras mágicas "give me five" sumadas a una divertida guerra de agua, hicieron que nuestra relación mejorara.
Pero lo que realmente terminó de estrechar los lazos fue nuestra cámara de fotos. No nos habíamos percatado de la gran curiosidad que Razi mostraba cuando Julia la sacaba. Cuando hubo la suficiente confianza, Razi se atrevió a preguntar "¿puedo hacer una foto?". Por supuesto, Julia le ofreció la cámara al instante y le enseñó algunas de las opciones que había para fotografiar. Parecía que era algo que realmente le gustaba, ya que incluso preguntaba por la cámara cuando ésta no se encontraba a la vista.
Como viajeros, siempre nos han gustado los retratos, pero en según que ocasiones una cámara de fotos se convierte en un arma que puede acabar de un solo disparo con la confianza de dos individuos. Afortunadamente, la cosa cambia cuando el rol fotógrafo y fotografiado se intercambia y se comparte de manera aleatoria. Le hicimos fotos a Razi, y por supuesto, Razi nos las hizo a nosotros. Esperamos que, algún día, pueda seguir esa pasión o curiosidad que ahora tiene por la fotografía, y por eso la fotos de Razi se merecen tener una marca de agua.
Hasta el día de Hari Raya, no fuimos conscientes de cuánto habíamos logrado acercamos a Razi y a su familia. Hari Raya es una celebración realmente importante en la religión musulmana, y como en cualquier fiesta nacional, los comercios cierran y la gente pasa el día con su familia. Nos llevamos una gran sorpresa cuando esa mañana escuchamos a Razi llamándonos desde el piso de abajo. Su madre nos invitaba a pasar el día con ellos. Recorrimos el pueblo, los 4 juntos, deteniéndonos en diferentes casas, donde habían preparado grandes banquetes de comida. Nos sentábamos en el suelo, a veces alguien dedicaba unas palabras de rezo, y después procedíamos a llenar los estómagos, probando todo tipo de delicias. Desafortunadamente, nuestro pobre vocabulario no fue el suficiente para entender que en Hari Raya visitaríamos unas 4 ó 5 casas diferentes, comiendo en cada una de ellas lo que los anfitriones hubieran cocinado. En la primera casa nos pusimos hasta arriba, pensando que allí terminaría todo. De la primera pasamos a la segunda, y cuando nos invitaron a entrar y vimos la comida que nuevamente nos esperaba, nos dimos cuenta del error que habíamos cometido. Cuando llegamos a la última casa, nuestros estómagos estaban a punto de explotar. Agradecimos a Maklom y a Razi haber compartido ese día con nosotros. Fue una gran experiencia. Lo único que nos quedaba por hacer era echar una larga y gustosa siesta, con los estómagos bien llenos.
Los tres meses que trabajamos en Tioman nos dieron la oportunidad de integrarnos y vivir con ellos experiencias que no se consiguen pagando ningún tour. Sacarles a bailar durante las fiestas del pueblo, que acepten tu invitación y te acompañen a la pista de baile, muriéndose de la vergüenza, agarrándote la mano con fuerza y diciéndote con la mirada "tu me has metido en esto, ahora no me dejes sola". Que te cuiden y se preocupen por ti, trayéndote una medicina sabiendo que estás enferma. La barrera "turista - local" se había roto.
Al igual que a Razi y a Maklong, tenemos que agradecer a muchas más personas de Gentin el habernos hecho sentir uno más. Marcharse de allí no fue fácil… Llegamos a Tioman como Miguel y Julia, pero dejamos la isla como Panjang y Jenap, nuestros nuevos nombres isleños.
Segkarang, nama Kampung kami, Panjang dan Jenap!
Kami mou balik ke Tioman! Terima kasih banyak!
Razi is a young boy who lives In Genting, Tioman. He has all the qualities a normal young boy his age should have. He doesn't like going to school and enjoys his free time practicing some of his favorite hobbies. In his case: fishing and riding a bike. His mother owns a warung (eatery) a few meters from the dive shop while his father is a fisherman. Despite eating everyday in his mother's warung, we found ourselves with a huge barrier between us: the language. We had learnt quite a lot of Indonesian, but considering it differed form bahasa malaysia, we had to really make an effort to update our bahasa in order to communicate with him and his family.
Razi would always appear every now and then around the dive shop. He had a great relationship with Matkom, the in-house instructor. They would always have time to talk about fishing and fool around when time permitted it. We can say he was always curious with what was going on in the dive shop, even when "the two new mat salleh" arrived. When we slowly made the dive shop and Genting our home, we were able to fool around a little bit more with Razi. At first he was shy, but when we brushed up our bahasa a little bit more, we had the chance to talk and fool around with him too. It all started with a "give me five," to a do you like this or that? and ended up with a quick "water war."
But, what really captivated Razi was something we didn't realize. He was always curious when Julia was taking pictures. We first started noticing this when we were documenting our Tioman experience. It wasn't till the barrier with Razi was broken, when he first asked us: "can I take a picture?" Julia was patient enough to lend him the camera and teach him a little bit how the camera worked.
A new hobby seemed to be growing inside of him.
As travelers, we have always love to take portraits, but the fact is that the violent moment of taking the camera out breaks the harmony between photographer and "model." In our case, we were lucky enough not to only to take pictures of Razi, but we also had the pleasure of having Gifs and pictures of ourselves taken by Razi.
The fact is that we managed to get so close to Razi and his family (who literally fed us practically every single day) that we didn't only attempt to have long conversations with them, but even managed to share a very important day with them. Hari Raya. We had no complete idea of what it consisted of. On the morning of Raya, Razi was outside the dive shop waiting for us. He told us to come with him, and more importantly be "well" dressed.
With him and his mother, we walked around the village and entered many houses which were open to the public. In each house, we sat down for a while, listened to the conversations, prayers, shared a delicious meal, drank a tea, thanked and blessed the host and left for the next house. Being able to eat inside so many houses made the day very special. It was a spiritual and gastronomic delight. At the end of the day, all we could do was lay in our hammocks the rest of the afternoon and sleep.
We have to thank Razi and his family for many amazing moments, like dancing with them in the Genting Paya village party and bringing us medicine when Julia was sick. These small details meant a lot. We will never forget these kind gestures.
Like Razi and Maklong, we have to thank everyone on Tioman for making us feel part of the community. The experience has touched us so much, we both left with tears in our eyes.
We can say that we arrived to Tioman as Julia and Miguel, but left the island as Jenap and Panjang. (Our new malaysian names).
Segkarang, nama Kampung kami, Jenap dan Panjang!
Kami mou masuk ke Tioman! Terima kasih banyak!
Sin duda ésta es una de las experiencias más bonitas que he leído en vuestro blog. Por lo que contáis se ve que es buen chico, además de un gran fotógrafo. Más que por los paisajes, hemos de envidiaros por estas historias. Sinceras enhorabuenas.
ResponderEliminarQue suerte tenéis de saber encontrar en los demás lo que se entiende en todos los idiomas sin necesidad de usar palabras:amistad,generosidad,bondad y sin duda gracias.
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