Nuestro trueque en Tioman nos dio la oportunidad de vivir grandes momentos. Cuando nuestro curso de Dive Master terminó, así como nuestra parte de trabajo como estudio nómada, y el monzón comenzó a mostrarse amenazante, fue el momento de abandonar la isla que nos había acogido durante tanto tiempo, volver a hacer la mochila y seguir viaje.
Decidimos hacer una parada en Kuala Lumpur para despedirnos de los amigos que habíamos hecho en Tioman, y el "unos pocos días" se convirtieron en "unos cuantos". Nos cuidaron y trataron como si fuéramos uno más de la familia, y cuando su generosidad desbordó los límites de lo acostumbrado, les preguntamos el por qué. Su respuesta fue simple, haz por los demás lo que te gustaría que hicieran por ti. Así es la hospitalidad en Malasia. Creemos que la mejor forma de agradecerles lo mucho que nos enseñaron y lo bien que nos trataron es dedicándoles estas líneas.
Ya éramos malasios. Si no fuera por la altura y nuestra palidez, hubiéramos pasado totalmente desapercibidos. Participamos con ellos de increíbles momentos, pero en concreto, uno de ellos, quedó grabado en nuestras mentes. ¡Nos íbamos de boda malaya! Lógicamente nuestra primera preocupación fue la vestimenta, pero cuando nuestros anfitriones buscaron entre sus armarios y nos ofrecieron unos de sus increíbles trajes malayos, un "baju melayu" y un "baju kurung", la idea no pudo complacernos más. La vestimenta oficial para los eventos importantes. No nos habíamos sentido tan elegantes en casi dos años.
Las bodas malayas no se celebran en un día como la nuestras, sino en 3 días como mínimo. La primera celebración (momento en que se intercambian los anillos), se realiza en privado, con los miembros más cercanos de la familia. La segunda celebración se realiza al día siguiente, en casa de la novia o en un hotel (como ocurrió en nuestro caso) y es costeada en mayor parte por la familia del novio. La familia de la novia se consideran los anfitriones del evento, por lo que atenderán a la otra parte de la familia como invitados. La tercera celebración se realiza en la casa del novio y suele ser más modesta. En este caso, los antiguos anfitriones pasarán a ser los nuevos invitados.
La celebración que nos tocó vivir fue un verdadero festín. Han introducido algunas de nuestras costumbres a sus festejos, como la de la tarta, aunque la mayoría de sus tradiciones son muy diferentes. Ver a los novios sentados en semejante trono fue un gran shock. Ellos son el rey y la reina durante los tres días que dura la boda. Cada uno de ellos elige a un miembro de su familia para que le acompañe, le cuide y le atienda durante las celebraciones, secando el sudor de su frente, adecentando sus trajes e incluso abanicándoles constantemente. Se realizan algunos actos especiales para deleitar al rey y la reina, se tocan canciones y se les presenta una performance de artes marciales.
Nada más pisar el hall del hotel, nos sentimos como dos celebrities. No es de sorprender que todo el mundo se girara ante la imagen de dos guiris vistiendo trajes oficiales malayos. Como en cualquier boda tomamos fotos de familia, conocimos a la familia del novio y fuimos invitados a subir al trono. Les agradecimos su invitación, mientras ellos agradecían nuestra presencia, sonreímos, esperamos el flash y nos despedimos. Demasiadas novedades en tan solo unas pocas horas…
Tioman gave us many experiences. New tastes, new friends, new family, new names, new jobs. We can fully say that 3 months on that island was enough to change our lives, but leaving the island behind did not mean the end of this life changing opportunity. As soon as the islands high season came to an end, we went back to Kuala Lumpur where we spent time with our new friends.
They took care of us like we were two more in the family. We were taken out to see, feel and live Kuala Lumpur like Malaysians do. Rock climbing (a new and interesting hobby we are picking up), amazing food full of flavor and spices, tours through the variety of huge malls… but one of our favorite moments was when we were invited to a Malay wedding.
We had been lingering in KL for a few weeks. It had been a great family moment. When we were asked to go to a wedding we were in shock. What would we wear? How could we make this happen? Many of our doubts were resolved thanks to our Malaya family. They looked through their closets and whipped out some clothes that would fit us. And we're not talking about a vulgar dress and a suit, but a Baju melayu and Baju Kurung. The official outfit for any important malay event. When we first tried our new outfits, we were amazed. We hadn't felt this elegant in almost 2 years. As we walked down the house's "cat walk" everyone laugh and cheered. It was a very awkward moment, but a funny one at that.
We set out in the family car towards Melaka where the wedding was held. Here we would be attending the bride's part of the wedding. As we have discovered, Malay weddings are not celebrated in a one day event, but a series of smaller less public events and two big events where everyone is invited. The two major events are held first in the brides "town", while the second event is held in the groom's "town" or place of choice. They can normally make food for up to 1000 guests who come, bless the newly wed, eat and leave all in good time.
Our wedding was a true feast. We can safely say that some traditions are slightly different, while others have lots of things in common with a "western" style wedding. One of our favorite parts is how the newly wed are treated in their day as "kings". They sit in their decorated thrown for a day, accompanied by two members of the family who assist them in their kingly needs. They wipe the sweat of their foreheads, help collect the blessings in form of rice and fan the two newly weds to make sure they don't overheat. Special acts are done in honor of the bride and groom. Songs are sung, martial art presentations are performed… anything that will please the king and queen of the day.
The wedding in particular was a very modern one held in a hotel, (normally these events are done in the homes of the bride and groom) there was even wedding cake and everything. When we entered the hotel's Lobby we felt like two celebrities. We were not surprised that everyone turned around to see the two "mat salleh" dressed in full out malay dress code. Like any wedding we took "family" photos and met the groom's side of the family. Thanks to our hosts, they were able to explain to us all the small details about the wedding. The small gifts, the food, the alter, the blessings in form of rice. So much input in just a few hours, the type that could make a creative drule.
No hay comentarios:
Publicar un comentario