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Colombia es una chimba, es chévere, se pasa bacano. Es un país lindo, hermoso, precioso, bello, sabroso, ¡¡¡¡rrrrrrrico!!!! Colombia mola.
EL ÚNICO RIESGO ES QUE TE QUIERAS QUEDAR.
Llevamos tiempo sin escribir en el blog, pero si sirve de excusa, diremos que Colombia realmente nos ha sorprendido y sobre todo, absorvido. Es un país al que hay que venir para realmente poder hablar de él.
Es una pena que la información que nos llegue sea tan catastrófica. Muchos de nosotros describiríamos Colombia como un lugar peligroso en el que las guerrillas, los paramilitares y el narcotráfico es lo único que reina. No diremos que no existen, pero la realidad no es en absoluto como nos la pintan. Por supuesto que hay que andar alerta y no "dar papaya" (no mostrar), como dicen aquí, pero… ¿quién no ha andado vigilando su cartera, su máquina de fotos, en las Ramblas, en Callao o en el centro de Londres?.
Nuestro viaje colombiano comenzó en Bogotá. Tuvimos la suerte de tener unos amigos de allí que nos enseñaron la ciudad y sus alrededores. ¡Bogotá es enorme! Pero a pesar de ser tan tan grande, está rodeada de montañas que de alguna forma no te hacen sentir tan encerrado.
Un té de coca siempre es bueno para sobrellevar el soroche (mal de altura).
Bogotá está a unos 2.500m de altura.
El barrio de la Candelaria... ¡hermoso!
¡Gracias a todos por esta gran acogida!
Impresionante la Catedral de Sal de Zipaquira, construida por y para los mineros.
Desde allí, comenzamos a subir hacia el norte, pasando por Villa de Leyva, San Gil y Barichara. El primero y el último son pueblos encantadores en los que merece la pena pasar un par de días, o por lo menos acercarse a conocerlos. Además, una vez que sales de la ciudad la tensión va desapareciendo, te relajas y entonces disfrutas al 100%. (En San Gil hacen unas arepas en el mercado buenísimas).
VILLA DE LEYVA
Una de las plazas más grande de toda Colombia.
BARICHARA
Dulce de arequipe. La imagen habla por sí sola.
Agradecida, nos invitó a un tinto (café).
Amanecimos en Santa Marta, y desde allí fuimos directamente a Taganga. Se trata de un pueblo costero con mucha fama dominado por hippies argentinos y turistas en general. Es tranquilo, pero si no es por lo barato que resulta hacer submarinismo allí, existen mejores opciones. Hicimos un par de inmersiones y pudimos ver peces globo (hinchados y deshinchados), caballitos de mar, pez escorpión, muchas morenas, peces trompetas, barracudas y mucho más, en un mar tranquilo, caliente y con una buena visibilidad. Algunos puntos de inmersión están próximos al Parque Nacional Natural Tayrona, el cuál fue nuestro siguiente destino. Es un parque que merece muchísimo la pena, una sucesión de 7 playas perfectas todos ellas, pero diferentes al mismo tiempo. Allí estuvimos unos 4 días durmiendo en hamacas. Cuando llegaba la noche, la jungla se despertaba, y por la mañana lo primero que veías al abrir los ojos eran unos amaneceres espectaculares sobre el mar. Entonces te levantabas, te dabas un baño y te ibas a la única panadería que había, muy pequeña y básica pero con unos panes de chocolate increíbles.
TAGANGA
TAYRONA
Llegamos a la jungla.
Nos volvimos unos profesionales abriendo cocos.
Un mar salvaje.
Atardeceres de ensueño.
Después de esos días tan paradisiacos, decidimos visitar Cartagena, una ciudad colonial preciosa. Desde allí teníamos dos opciones: la primera, bajar directamente hacia el sur, y la segunda, acercarnos a Capurganá y Sapzurro, dos pueblecitos costeros que hacen frontera con Panamá. Como se acercaba el cumpleaños de Julia, decidimos pegarnos un homenaje, y como os imaginaréis escogimos la segunda opción. No nos veíamos con fuerzas todavía para dejar atrás el Caribe.
Llegar a Capurganá y Sapzurro no es fácil. Debes dirigirte a Turbo, una ciudad que no merece la pena, para coger un barco desde allí. Cuando por fin llegamos, nos llevamos una grata sorpresa. Al no estar tan accesible como otros lugares los turistas podían contarse con los dedos de la mano, y además, no estaba en absoluto explotado. La costa impresionante y la bahía de la Miel, nada más pasar a Panamá, una maravilla.
Resaca + trekking + 18kg en la espalda = probablemente la mejor foto del viaje.
Ahora sí, ya toca bajar hacia el sur. Con lágrimas en los ojos nos despedimos del Chocó caribeño. Desde Turbo bajamos directamente hacia Salento. Del mar a la montaña. El trayecto en bus es agotador, porque las carreteras son muuuuuuuuy malas, y 100 km te cuesta recorrerlos unas 2 horas y media más o menos. Eso sí, las vistas merecen muchísimo la pena.
Salento es un pueblecito encantador, pequeño y lleno de color. Muy cerquita de allí se encuentra el Valle del Cocora, con palmas de cera que llegan a medir unos 60 metros. Encontramos trabajo en un hostal ecológico y muy natural a las afueras del pueblo que está empezando a pisar duro: Yambolombia. Y aquí dejamos de escribir para poder contaros en el próximo post como fue nuestro nuevo trueque allí, y por supuesto, la recogida de Aire Fresco. ;)
Qué ganas de ir chicos! Besos a montón. Martuji
ResponderEliminarGracias martuji! nos alegra que te haya inspirado! ahora ya sabes si quieres ir a un paraíso seguro variado y sobre todo extra "chimba" ya sabes a donde ir!
EliminarLas fotos son increíbles!!! :D
ResponderEliminarla verdad es que tenemos tantas fotos que seleccionar las más interesantes ha sido dificiliiiiisimo, nos alegra que te haya gustado. Ojala tengamos tiempo para hacer un álbum con las fotos más interesantes para tu degustación!
EliminarNos ha encantado el relato y las fotos son realmente preciosas. Me muero de ganas de ir. Hemos estado esperando con mucho interés estas notas del "gran voyage". Somos insaciables, apúrate chaparrito a mandar más:)- Lo esperamos con mucha ilusión. Tu chaparrita & Co.
ResponderEliminarestimada chaparrita & co, que ilusión tenerte por aquí! poco a poco iremos subiendo más cosas. estate atenta porque habrá mas en breves! eso si, animaros a venir que ahora el único riesgo es querer quedarse! ;-)
EliminarHey parce que felicidad me da encontrarme este sitio. En verdad pienso que ustedes son dos personas maravillosas que espero volver a encontrar en el camino, sino, igual saben que se han ganado un lugar en mí corazón. Cada momento, cada charla, cada atardecer en compañía de ustedes y el humo emergiendo de nuestras bocas como palabras lanzadas al aire en agradecimiento por tan hermosos momentos ha sido para mí nuevamente una demostración de que la belleza de la vida está en la simplicidad de la misma. Exitos en el camino lukas.
ResponderEliminarAy parse.... que acabamos de ver tu comentario! nos acordamos muchísimo de vosotros e hicisteis de esa parte del viaje algo muy especial, o como aprendimos contigo, una CHIMBA!. Alguien nos dijo un día que las personas siempre se encuentran dos veces. ¡Esperamos con ganas la siguiente, sea donde sea! Siempre tendrás un hueco en nuestra morada. El siguiente post va dedicado a todos vosotros. http://outthestudio.blogspot.com/2012/10/una-gran-despedida.html
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