Después de vivir y viajar un país durante 3 meses, cuesta despedirse. Quién nos lo iba a decir, Filipinas nos recibió con los brazos abiertos en todos los sentidos. Pudimos explorar sus islas y rincones; encontramos poco turismo en comparación con otros países del sudeste asiático, lo que hace que todavía conserve su "autenticidad" y puedas interactuar con los locales de manera normal, sin ser perseguido por los caza turistas y sin que te hagan sentir como un dólar caminante; y además, Filipinas nos enseñó que el trueque en Asia también funciona. Crucemos los dedos y esperemos que este país no cambie como lo han hecho otros…
After living and traveling in a country for 3 months, it's hard to say goodbye. Philippines was a great country to explore, few tourists, great people and rewarding remote areas where you can really mingle and integrate with locals. Tourism in the Philippines isn't as big as it is in other south east asian countries. Thanks to this, the country still feels authentic, unspoiled and is still a great place to discover. One thing is for sure, in three months we were never encountered by any touts, or felt like a walking dollar. Lets hope this remains this way for a long time.